Su mano
Me reí tanto que creí que no iba a ser digna de ser besada,pero no: en un cambio de aire, me dio un beso.
Secretamente, nunca quise que deje de besarme, ni de tomarmi mano. Pero dejó de besarme paravolverme a besar, y no me tomó la mano, si no que mientras me besaba, recorríami espalda. Dejaba de besarme, me miraba a los ojos y me acomodaba el pelo consus hermosas manos. Yo, solo podía sonreír cuando no lo besaba, y mi corazón deplástico parecía derretirse.
Pero no.
No sólo que no se derritió, si no que ejercía cierto tipo depresión en mi pecho que causaba una sensación por demás placentera.
Y mi peinado, se deshizo- creo que también víctima de esacantidad de amor que estaba recibiendo de este hombre, con esas manos tanhermosas y esos ojos del color del tiempo.