Me había olvidado de él.

Un día me dí cuenta que me gusta besarlo, pero también besar a otros chicos que conozco y en ese tren fue que empecé a experimentar la catarata en mi cuerpo. También me estoy defendiendo y sanando: el agua cura. Además, al chico no le gusta besarme, ni acariciarme.

Por eso cuando pensaba que estaba todo vivido con él, me lo crucé por la calle. Como siempre, el cree que lo sigo y lo persigo. Como si no tuviera nada que hacer en mi vida que seguir sus pasos. Rey Sol.

Burzaco es chico y por alguna razón universal, el destino siempre hace que nos encontremos en ciertos huecos que hasta a mí, me sorprenden y me hacen sonreír.

Lo cierto es que el hechizo ya no es lo que era: ahora, cada vez que viene me empiezan a tironear las medias… entonces sé que está cerca y que viene a buscar provisiones para el colchón que se está haciendo.

Esta vez, al darme cuenta apenas unos segundos antes, logré – en una pose casi acrobática- detener su poder y contener con mis manos mis medias. Cuando pasó el tirón, las solté y a los segundos, probó una vez más.

No me quiere dejar tranquila. No me besará jamás con pasión. Tampoco me invitará a dormir en su colchón hecho con mis medias.

En verdad no me había olvidado de él, pero un poco sí.