Sigo confundida. No sé como contarles todo esto, pero últimamente no sé nada. Necesito orden, pero disimuladamente, le vengo escapando al orden.

Me encanta seguir despeinada o mejor dicho, con el nuevo peinado que me hizo el hombre de los ojos del tiempo.

Me gusta, me encanta. Me dan ganas de abrazarlo tan pero tan fuerte, que así no me deje nunca.

Si vuelve el fantasma del abandono, yo le toco la trompeta.

Es que esto del corazón de plástico me cambió mucho.

Por suerte