El Hombre Árbol es un tipo muy habilidoso. No sólo es un gran jugador de futbol, sino que además, es un gran caminador y ha creado el sindicato de árboles de Burzaco. Tiene mucha pasta para liderar, lástima que en otoño se queda pelado y hasta más flaquito. 

Iannin lo ama igual, aunque hace poco que empezaron esta relación. Yo la entiendo: yo también me enamoro rápido. Y en mi caso, es exactamente inverso a lo que sucede conmigo. He estado conversando con el Loco de las Margaritas hace unos días y me contó que el chico de la boina ha estado preguntando por mí. El y todos sus clones, que se calcula son unos 135 en total.

No pude evitar sonrojarme: finalmente, tal como sucede con el resto de los hombres que han pasado por mi vida, el chico de la boina se ha dado cuenta que me ama.

Lástima que yo, cansada de escupir mariposas a troche y moche, he decidido dejar de amarlo por un rato.

Por suerte, eso no sucede con el Hombre Árbol y Iannin. 

Dios los bendiga.